Si tienes problemas para ir correctamente al baño, seguramente habrás recurrido a los kiwis, el vaso de agua caliente en ayunas, las semillas de lino, fave de fuca, o como nos cuentan los anuncios de la tele al Special K o al Activia, hasta incluso a laxantes como Duphalac, Plantaben o Magnesia.

Porque no vaciar adecuadamente tus intestinos puede pasar factura en tu organismo y en tu bienestar general.

Antes de nada debemos saber que hay dos tipos de estreñimiento:

1. El estreñimiento de tránsito que es aquel en el que el bolo de desecho tarda en evacuarse más de 24 horas desde que fue ingerido en forma de alimento. Podéis leer sus causas y recomendaciones en el artículo Mejorar el estreñimiento con alimentación y otros hábitos de Mònica Moll.
2. El estreñimiento distal que es aquel en el que cuando acabas de defecar te quedas con la sensación de que “te has guardado”, y si empujas como si te fuese la vida en ello, acaba saliendo algo más. Se podría decir que entre defecación y defecación no se vacía el recto completamente.

Y es precisamente en este tipo de estreñimiento distal donde la fisioterapia nos puede ayudar.

El estreñimiento distal puede tener varios orígenes:

1. Origen anal que puede estar causado por:

• Una hipertonía del canal anal. Esto significa que el canal anal no se contrae y se relaja correctamente porque tiene un exceso de tono. A nivel de fisioterapia, esto lo podemos tratar realizando estiramientos manuales del canal anal y dilataciones anales. La Gimnasia Abdominal Hipopresiva, al ser una técnica rítmica que lleva sangre y oxigena la zona, es una de las herramientas más útiles del tratamiento.

• Una disinergia o anismo. Se trata de una descoordinación o bloqueo entre recto y ano causado por una relajación o contracción paradójica de la musculatura de suelo pélvico durante la defecación que impide que las heces puedan salir correctamente. Puede ser debido a problemas psicológicos, a pujos exagerados, a hemorroides, a la no relajación del esfínter en el esfuerzo y lo solemos encontrar asociado a descensos viscerales. Si es psicológico, obviamente la fisioterapia puede hacer poco, pero si no lo es, a veces con explicar cuál es el problema, realizar un poco de biofeedback, movilizar el coxis, trabajar propiocepción con un balón rectal y unas técnicas hipopresivas queda solucionado el problema.
• Una hipotonía del suelo pélvico, o sea, tener el suelo pélvico debilitado. La rehabilitación de este problema se lleva a cabo mediante hipopresivos, electroterapia, estimulación vibratoria (bolas chinas, vibradores vulvares…), biofeedback y explicación de posturas defecatorias y de contraapoyo perineal.
  El siguiente vídeo ilustra la evolución de la postura defecatoria y cuál sería la más adequada.

2. Origen rectal debido a la existencia de:

• Megarrecto funcional. Esto significa que tu recto ha aumentado su capacidad, entonces cambia la sensibilidad y la propiocepción, con lo cual nos cuesta más defecar y sentir la sensación de tener ganas de ir al baño. El tratamiento, además de las técnicas hipopresivas, consiste en ejercicios con el balón rectal.
• Se trata de un prolapso del recto y lo trataríamos como cualquier otro prolapso con técnicas hipopresivas, técnicas de contracción relajación del suelo pélvico y electroterapia anal.

Tener problemas de estreñimiento y no tratarlo, puede conllevar hemorroides, prolapsos por los esfuerzos al pujar y mal humor porque como dicen los anuncios, que algo de razón tienen, es que te encuentras pesado/a y con mala gana. De modo que si sufres alguno de estos problemas, ponle solución!

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