Maltratamos nuestros pies. Los cerramos y escondemos dentro de unos zapatos rígidos y estrechos en los que gastamos mucho dinero por un tema estético, pero sentenciamos la parte funcional.

Y es que los pies no están diseñados para estar cerrados y oprimidos, al contrario, necesitan “espacio vital” para moverse, recibir estímulos del suelo y poder adaptarse.

26 huesos, 31 músculos, un diseño en forma de triple arco y un complejo sistema nervioso no está hecho para estar enjaulado.

Los pies son nuestras ruedas al mismo tiempo que nuestras raíces. Son el contacto con el suelo, nos dan la información de cómo es el terreno, se adaptan, estabilizan, amortiguan las cargas, y hacen que todo el organismo esté en equilibrio perfecto ya sea parados, caminando o corriendo.

Para mantener unos pies sanos es imprescindible mantener el equilibrio entre 3 subsistemas:

1. Ss. Neural: Receptores que captan la información de los estímulos (presión,temperatura, estiramiento, propiocepción, movimiento…)
2. Ss. Pasivo: estructuras estabilizadoras no voluntarias. Hueso, fascia y ligamento.
3. Ss. Activo: musculatura intrínseca, voluntaria. Estabilizadores i movilizadores.

Si uno de los 3 subsistemas falla, falla la totalidad. Se rompe el equilibrio i aparecen los problemas. Y actualmente tenemos los pies inhibidos donde falla, al menos, uno de los 3 subsistemas. Esto puede ser un claro desencadenante de lesiones y dolor en rodillas, muslos, caderas, lumbares…

Vivimos en una sociedad donde tenemos los pies castigados dentro de un zapato más de 12 horas al día. Necesitamos despertarlos y estimularlos. Mover los dedos, andar descalzos, sentir el contacto con el suelo…

Referencias:
McKeon PO, et al. The foot core System. Br J Sports Med. 2015

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